Juan Vilar: "No existe ni un solo país del planeta donde no se consuma aceite de oliva"

Entrevista a Juan Vilar, doctor en Economía, analista agronómico internacional, consultor estratégico, profesor de la UJA y agricultor, incluida en el nuevo número de la revista Andalucía Agraria -AGRANDA-

¿Qué papel juega Expoliva como termómetro del sector oleícola internacional?

Expoliva es la feria de ferias en el ámbito de la olivicultura y su agroindustria, además, de forma reciente de también incidir en el ámbito de la comercialización de aceites de oliva. Durante unos días, es el epicentro del conocimiento, la experiencia, la propiedad, la calidad de los aceites de oliva y las relaciones personales de este sector. No en vano atesora una vida acumulada de más de 40 años, ha conseguido congregar en ocasiones a más de 56 mil personas, 1.500 marcas presentes, y a un total de 30 países productores y consumidores de aceites de oliva.

¿Se están generando verdaderas oportunidades de negocio en Expoliva o sirve más como plataforma de visibilidad?

Expoliva es el mayor entorno y el más propicio para adquirir, compartir y experimentar nuevos conocimientos y experiencia en los ámbitos descritos. En términos de creación de volumen de negocio, hablamos de algo más de 800 millones de euros, cuyo impacto se proyecta en 198 países de los 5 continentes; su influencia se ejerce en algo más de 100 mil empleados directos e indirectos de todo el planeta.

¿Qué tendencias crees que marcarán la diferencia en esta nueva edición?

Por un lado la búsqueda de eficiencia nos proporcionará nueva tecnología en toda la cadena de valor orientada a mejorar esta, combinada por el efecto de la innovación, que nos ofrecerá  la posibilidad de poder advertir maquinaria agrícola casi autónoma. Del mismo modo estará muy presente la sostenibilidad en forma de productos agroquímicos practicas condescendientes con el medio, y por último, la diferenciación. En definitiva, eficiencia, innovación, escala, y sostenibilidad, de un modo u otro estarán de forma plena presentes en la Exposición.

¿Cuál es la nueva acepción de sostenibilidad y como se está presentando en Expoliva?

Una explotación agrícola debe de ser sostenible en términos económicos para su dueño, y para quienes colaboran con este en su actividad, sin olvidar al resto de eslabones que conforman la cadena de valor. Solo de este modo se garantiza el abastecimiento de alimentos, hablamos de sostenibilidad económica, sin esta premisa, jamás existirían el resto de acepciones del término sostenibilidad. En segundo orden, la agricultura ha de ser innovadora, y sosteniblemente alimentaria, de tal modo que garantizando la alimentación de la totalidad de la humanidad, debe de optimizar el uso de los recursos necesarios y escasos. La actividad agrícola ha de permitir un uso responsable y condescendiente del entorno, tal que mediante la gestión de la misma, permita al resto de especies vivir en un equilibrio pleno, garantizando su ciclo natural de vida, y pervivencia sostenible en el tiempo.

¿Cómo valoras la campaña 2024/25 tanto en términos de producción como de precios?

En principio podría ser definida como una campaña eslabón, es decir, va a servir de unión entre un ciclo de producciones bajas, con un ciclo previsiblemente de producciones superiores. Por lo tanto, la podemos catalogar como una campaña de transición que ha permitido, por su producción media a nivel mundial y español, facilitar la evolución positiva del consumo, la recuperación de este, debido a un cambio en la tendencia de las cotizaciones, que se sitúan a día de hoy, justo en la media de los últimos 30 años por categorías.

¿Cómo están respondiendo los productores a los precios actuales del aceite a la baja? 

La agricultura es una actividad económica de largo plazo, es decir, hemos de analizar sus resultados de forma, cuanto menos, quinquenal. Si analizamos los últimos 30 años, en estos ha habido 19 años, en 5 ciclos de precios bajos en origen, y 11 años en 4 ciclos de precios más altos en origen. La media de las tres categorías es de 3,2 euros, pero como vemos, los ciclos de bajos precios son más usuales y largos que los de altos precio, refiriéndonos siempre al origen. El agricultor debe de tener una información amplia de lo que sucede en el sector, que esta sea veraz, y que además incluya la tendencia, pues la información estática no tiene ningún valor. A nadie le gusta que le remuneren sus rendimientos de forma inferior a como se hizo en el pasado reciente.       

¿Alguna previsión para la próxima campaña?

Con la prudencia que requieren estos ejercicios, podrimos decir que la campaña próxima podría ser parecida, un poquito más alta a la actual, siempre y cuando se den las circunstancias climatológicas adecuadas, pues podría igualmente ocurrir lo contrario. Lo que sí es algo mejor es la situación de la demanda, que de forma gradual se está volviendo a ajustar a esos 3,1 millones de toneladas.

¿Cómo van a impactar los aranceles de Trump en el mercado del aceite español?

Estados Unidos (2023) es el país segundo mayor consumidor de aceites de oliva del mundo con una media de 390 mil toneladas por ejercicio. Es decir, tan solo produce el 3,84% del total del aceite que consume, por lo tanto, no se trata de un país en el cual los aceites de oliva europeos compitan con los aceites de oliva estadounidenses. Todo lo contrario, complementa su producción para cubrir con su demanda en un país en que cada vez más se potencia la alimentación saludable. El precio medio según el poolred con fecha 21 de octubre de 2024 en origen de las tres categorías de aceite de oliva era de 6,37 euros, hoy 4 de abril de 2025, según la misma fuente es 3,3, es decir, un 48% menos que entonces, y Estados Unidos al no ser un gran productor, pero sí gran consumidor, adquiere lotes grandes para cubrir su demanda, es decir, los supermercados de Estados Unidos, aún no han trasladado al lineal esa caída de precio del 48%, por tener aun aceites de aquel momento.

¿Existe algún mercado alternativo hacia el que reorientar la estrategia exportadora para compensar las barreras de EE. UU.?

El aceite de oliva se consume en 198 países de los cinco continentes, o dicho de otro modo, no existe ni un solo país del planeta donde no se consuma aceite de oliva. Dichos países se agrupan en tres clústeres, por un lado los no productores y sí consumidores, liderados por Alemania, Canadá, Rusia, o Reino Unido, y de forma conjunta suponen el 20% del total de la demanda global de aceites de oliva. Están los pequeños productores y grandes consumidores, en este caso lideran el conjunto Estados Unidos, y Brasil, entre todos asumen el 30% del total de la demanda, Por último, están los países grandes productores, y además grandes consumidores, encabezados por Italia, España, Túnez, Grecia, etc.  En este caso, somos responsables del 50% del consumo, y es el único grupo que cae en demanda anualmente en cuanto a tendencia. Hemos de prestar más atención al entorno cercano, que al más alejado, ya que nos permite que las estrategias tengan un mayor efecto, de forma más inmediata, y con un menor coste, por supuesto sin dejar de incidir en el ámbito más alejado.   

¿Qué puede hacer el sector para blindarse ante decisiones políticas internacionales de este calibre?

Solo hay una manera de sobreponerse a los efectos externos. En primer lugar, teniéndolo todo panificado, y en segundo orden, contando con un escenario artificial creado por nosotros en el cual vayamos obteniendo resultados mejores que los planteados. De este modo, ante un revés de este tipo, resultan inevitables, el efecto será más asumible, y nos afectará, pero no de forma fatal. Otro factor ya comentado es mantenerse informado con información necesaria, veraz, y que contenga la posible tendencia futura. Esto nos ayuda a crear nuestro propio futuro, que si discrepa de la realidad, nos afectará, pero no tanto como en casos en los cuales no nos hayamos blindado, o trabajado con ese objetivo.

¿Puede la falta de relevo generacional convertirse en un reto mayor que la rentabilidad o el clima?

La UE tiene una superficie de 4 millones de km² (casi el 80% de esta superficie es zona rural, de las cuales el 50% es suelo agrícola). El 68% de la población de la UE vive en ciudades, tanto solo el restante 32 reside en zonas rurales. Del total de población activa que ostenta el planeta, el 25,65% realiza su actividad profesional en el sector agrícola, dicho porcentaje en la UE es del 3,6%, es decir, 10,5 millones de personas a tiempo completo, 6% del PIB y 15 millones de empresas. Se prevé que en 2050 menos del 2,5% de las personas activas desempeñen su actividad profesional en el campo, es decir 3 millones de personas menos que en la actualidad.  Del total de agricultores de la UE, más del 40% tienen 65 años, o más, menos del 1% son menores de 25 años, o tienen esa edad. En el planeta la edad media de los agricultores es de 34 años. La agricultura se ve como una actividad, una profesión, poco sofisticada, el motivo lo desconozco de esta denostación hacia la misma, pero esto está haciendo que cada vez menos personas, sobre todo en Europa, escojan esta profesión como propia.

¿Está el sector preparado para resistir varios años seguidos con campañas irregulares?

Este es un sector, que por las características del mismo y por la idiosincrasia climatológica, expone ofertas estables a producciones inestables, por lo tanto esta evolución de ciclos que combinan exceso de oferta con defecto de oferta seguirán existiendo. No obstante podría crearse un mecanismo artificial que detrajera oferta en momentos de exceso, y la aportara en circunstancias de escasez. En mi opinión, refrendara con la historia económica, un mercado intervenido siempre tiene un funcionamiento más perverso que uno libre. Distinto es la creación de estrategias particulares de cada uno, en este caso sí resultan de aplicación en función de la situación propia de cada cual.