EfedeEme: ¿Qué hay de lo mío?

Habemus alcalde. La fumata ha sido azul. No hubo ningún indicio en la noche del 22-M de que el humo pudiera ser rojo. Así que Fernández de Moya (EfedeEme), Enrique, ha conseguido tras 20 años de afiliación política (tiene 42) una de las máximas aspiraciones íntimas de cualquier político: convertirse en el regidor de su ciudad. Lo conozco pero nunca lo he tratado personalmente. No es un advenedizo. Conoce los entresijos del funcionamiento de un consistorio, pues ha ocupado su escaño como concejal en la oposición durante varios años. Se desenvuelve con soltura entre las bambalinas de la Cámara Autónoma, pues es parlamentario por Jaén. Finalmente, controla a su propio partido como presidente provincial. Su formación política la completa con una vocación universitaria que le llevó a doctorarse en Derecho e imparte clases de Derecho Financiero en la Universidad de Jaén.

Y es justamente este el punto en el que me quiero detener. Le van a hacer falta todos sus conocimientos legales para enderezar la situación económica del Ayuntamiento de la capital. Tras la euforia del triunfo y la sonrisa del éxito viene necesariamente el periodo de reflexión. En la página web del PP de Jaén, el mismo día de las elecciones, todavía estaba colgado en su blog el último comentario escrito el 3-M y que tituló “La ruina del tranvía”. El Ayuntamiento, ha reiterado EfedEme, no puede pagar su mantenimiento (unos seis millones de euros) en la actual situación de las arcas municipales. Está bien que reivindique a la Junta el copago de su sostenimiento, pero me da que va ser que no. Incluso si los suyos llegaran al poder en Andalucía. No creo que una infraestructura tan valiosa y costosa vaya a paralizarse por mucha competencia desleal que le plantee legítimamente el dueño de los autobuses urbanos Castillo (por cierto, radiante de alegría en la noche del 22-M tras conocerse los resultados del escrutinio).

Ahora hay que tomar el asunto en serio. Y no vale mirar para otro lado. Equivocadamente o no, hay un tranvía que pide su puesta en marcha lo más rápidamente posible. ¿O es que acaso no es también una ruina la sobredimensión de personal en el Ayuntamiento tras años de enchufismo de uno y otro partido (PP-PSOE) cuando han tenido las riendas del gobierno municipal? Las primeras declaraciones de EfedeEme han sido para tranquilizar a los trabajadores de la casa municipal. No habrá recortes en el número de trabajadores. Está por ver cómo y cuando se les paga en los próximos meses.

No me ha sorprendido que, quien será desde el día 11 de junio nuevo alcalde, haya manifestado que su gobierno se basará en la austeridad (no lo queda otra), la política social (si es que puede disponer de fondos para ello) y la micropolítica de acción en los barrios. Recuerdo que tras las elecciones de 2003 entrevisté a Miguel Sánchez de Alcázar (el ex alcalde) y ya declaró entonces (y así está publicado) su propósito de volcarse en la micropolítica en los barrios. Y si te vi no me acuerdo.

Ahora tiene Efedeeme oportunidad de poner la austeridad en práctica. Tendrá que lidiar con muchos compromisos de conocidos, vecinos de conocidos y allegados, soplagaitas y aduladores que le preguntarán eso de ¿qué hay de lo mío? Posiblemente a él personalmente no se lo pregunten. Lo harán a muchos de los otros 15 ediles de su partido que se sentarán en la Corporación. Haría bien en tomar nota EfedeEme del movimiento del 15-M. Buenos y jóvenes asesores tiene para ello.

Le ha tocado una etapa muy complicada para llevar las riendas de la ciudad. Tendrá que tirar de todo su oficio político y de toda su sabiduría en leyes para que dentro de cuatro años pueda ir con la cabeza bien alta por la ciudad que ahora le ha dado un margen inmenso de confianza. Administrar el éxito también es una asignatura que debe preparar para el examen de las urnas.

Por cierto, ¿qué hay de lo mío?