Más de 10.000 agricultores piden en Mérida a la UE una PAC que garantice el futuro después de 2013

De Jaén han sido más de dos mil los olivareros desplazados a la localidad pacense para protestar por la crisis del campo y pedir el almacenamiento privado de aceite en la reunión del consejo de ministros de Agricultura de la UE que se ha celebrado en esta ciudad.

Según un anota informativa hecha pública por la Coag, más de 10.000 agricultores y ganaderos de toda España, más de la mitad andaluces, se han concentrado hoy en Mérida ante las puertas del Palacio de Congresos y Exposiciones, donde se ha celebrado el Consejo Informal de los ministros de Agricultura de la UE.

Por su parte, la Delegación del Gobierno en Extremadura ha cifrado en unas 6.000 personas las que han acudido a la concentración. Durante la concentración, los participantes realizaron pitadas a los ministros reunidos en el Palacio de Congresos y lanzaron vino, aceitunas y cereales, simbolizando el escaso valor que las autoridades conceden a estos productos. Asimismo, los manifestantes quemaron algunos neumáticos, lo que provocó que hasta el perímetro en el que se concentraban tuviese que asistir una dotación de bomberos para sofocar el pequeño fuego provocado.

Convocados por ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias, los hombres y mujeres del campo han reclamado al Comisario de Agricultura y a los 27 ministros del ramo que a partir de 2013 haya una Política Agraria Común (PAC) fuerte y sólida, con presupuesto suficiente para garantizar el futuro de un sector estratégico como es el agrario, del que depende la seguridad alimentaria de los 500 millones de consumidores de la UE.

Las organizaciones convocantes también han exigido precios justos para las producciones agrarias, ligados a los costes de producción, y una mayor participación del sector primario en la cadena de valor agroalimentaria, para luchar contra los abusos de poder que cometen las grandes cadenas de distribución alimentaria, aprovechando su posición de dominio del mercado.

Igualmente, los agricultores y ganaderos han exigido una apuesta decisiva por la preferencia comunitaria, un férreo control de las importaciones, establecimiento de medidas de regulación de mercado, rediseño de los mecanismos de intervención y que los productos de terceros países se vean obligados a cumplir las mismas condiciones de producción y garantías sanitarias que los comunitarios, para evitar la competencia desleal.