Un robot envasa 12.000 huevos/hora en la mayor granja andaluza de codornices, ubicada en Guadalimar (Lupión)

Codornices del Guadalimar, con una producción de 50.000 huevos diarios y 9 puestos de trabajo, abastece a todos los almacenes desde Madrid para abajo y es la primera explotación que cuenta con un robot de este tipo.

Seguramente que muchos de los jienenses no sepan que entre olivares, a escasos kilómetros de la capital y de Baeza, se encuentra la mayor granja de codornices que hay en Andalucía y de Madrid para abajo. 60.000 aves poniendo huevos diariamente, más de 6.000 metros de explotación avícola en distintas naves para la cría, puesta y envasado de estos pequeños huevos que alguna vez hemos degustado como tapa en algún establecimiento de la provincia, nueve puestos de trabajo todo el año, la mayoría de ellos mujeres, tres furgones repartiendo diariamente una producción diaria de 50.000 huevos envasados a todos los almacenes que hay desde la capital del Reino hasta Tarifa.

Son algunos datos que pueden sorprender por lo abultado de las cifras y lo pequeño del producto, pero sobre todo porque ponen al descubierto que en Jaén, además de aceite, los emprendedores se buscan la vida con lo que no aparece en las guías oficiales de recursos endógenos de la provincia.

Pero además hay más. Más innovación en un sector al que habitualmente se le presta poca atención informativa. En pocos días, en las naves de producción de esta empresa de Codornices del Guadalimar, que así se llama la marca comercial, va a entrar un robot para envasar los huevos. Un robot que se encargará de envasar 1.000 docenas de huevos a la hora, sin romper una sola unidad, con movilidad para cambiar de ubicación en la cinta que transporta el producto y para aliviar el duro trabajo manual de las trabajadoras de la granja.

La empresa de la que hablamos se llama Esteban Barranco Lupión y Otros, situada en la pedanía de Guadalimar, en la localidad de Lupión. Esteban Barranco es el que tuvo la idea hace 15 años y los otros son los hermanos Pedro y Juan Antonio Cejudo, los tres nativos de esta localidad y situados entre los 40 y 50 años. Esteban comenzó con una pequeña granja de 300 codornices a mediados de la década de los 90. En el año 2000 ya eran 9.000 las codornices que tenía poniendo huevos y de ahí a las 60.000 que ahora cuenta la explotación.

Los tres socios tienen repartidas sus funciones: Esteban se encarga de la producción, Pedro de las ventas y Juan Antonio de la administración. Sobre sus espaldas recae la responsabilidad, además de mantener la empresa y pagar la nómina a final de mes a los 9 empleados que tienen, la de abastecer a diariamente a todos los almacenes de distribución de estos huevos que se sitúan desde MercaMadrid  para abajo. Para ello tienen que preparar los 50.000 huevos que diariamente ponen las 60.000 codornices de la granja, tienen que envasarlos y disponerlos para que el operativo logístico que cuenta con tres vehículos propios los haga llegar a sus destinatarios, los almacenes. No venden a minoristas.

Todos los días

“Trabajamos de lunes a lunes. 362 días al año, menos el 1 de enero y el 25 de diciembre”, nos dice Esteban Barranco, quien reconoce que “aquí no hay crisis, nosotros seguimos con nuestra producción e invirtiendo, como ahora, en innovar y en hacer la empresa más competitiva, con la introducción del robot para envasar los huevos”.

El trabajo del nuevo trabajador de la granja, el robot, consistirá en el envasado mediante la succión de los huevos, previamente seleccionados de forma manual, para que puedan ser colocados en estuches de 12 unidades. 1.000 docenas a la hora se envasará el nuevo operario. Una docena de estos huevos vale en el mercado algo menos de un euro.

Una vez introducidos, la misma máquina, con una impresora especial, estampará los datos de caducidad, envasado y todo lo necesario en este tipo de productos, destacando sobre todo la precisión con la que con la que trabaja, teniendo en cuenta que hasta el momento existen robots similares que desarrollan la labor con los huevos de gallina, de mayor tamaño, pero éste es el primero que lo hará con huevos de un calibre inferior.

Otra de las características que tendrá este robot es su flexibilidad, ya que será móvil, lo que facilitará su uso en las distintas cintas de trabajo y plantas cuenta la granja, según explica Jesús García, gerente del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) de La Loma y Las Villas, Adlas, que ha apoyado este proyecto que ha costado más de 63.700 euros, con una subvención del 34% concedida por Adlas.

Barranco asegura que este proyecto de automatización “es un intento de mejorar la competitividad, abaratando costes” y la introducción de esta máquina va a suponer “una mejora en la calidad del trabajo de los empleados, ya que van a poder ir más desahogados”. Sin embargo, deja claro que este robot no hará peligrar sus empleos, sino todo lo contrario, puesto que “ayudará a asegurarlos en el tiempo porque el trabajo que se desarrolla en la granja es muy manual”. De hecho, la selección previa de los huevos antes de que el futuro robot los succione y proceda al envasado, se realiza de forma totalmente manual, descartando cualquiera que llegue a la cinta en mal estado o que no cumpla con los requisitos de tamaño.