Encuesta, que algo queda

Encuesta, encuesta, que algo queda. Estamos atiborrados de encuestas y, sin embargo, estamos faltos de soluciones para este presente tan turbulento.

Aparecen estos días encuestas por doquier. Todos los sondeos publicados están marcando tendencia. Y la tendencia indica que el Partido Popular es ya una firme y seria opción de gobierno en Andalucía y en España puede volver a tocar de nuevo el poder. ¿Alternancia?

¿Se avecina un vuelco electoral o se juega a maniobras de distracción? El quid de la cuestión de este partido residirá en la duración de esta feroz crisis económica, que será determinante para quitar o mantener gobiernos. Y otra consideración que no es baladí, una cosa es ganar y otra es gobernar. Que no es lo mismo.

Las encuestas están generando cierto nerviosismo y euforia, según el bando político. Por eso, en un pis pas, pueden dejar inviable cualquier estrategia y entierran toda táctica y movimiento. Como se gobierna y se ejerce la oposición a golpe de encuesta, pues pasa lo que pasa, que la acción política puede quedar supeditada al resultado del sondeo, y la encuesta puede condicionar la política.

La encuesta se codea de tú a tú con el mismo proyecto político. El programa ideológico puede incluso quedar en segundo plano, sucumbir ante las encuestas. De ahí los virajes y las vacilaciones políticas que se producen. Y se producen porque el caso es mantener el poder o llegar a tocarlo. Y esa máxima es válida para los dos grandes partidos políticos que son, al fin y al cabo, los que aspiran a llevarse el botín electoral.

Pero que no se nos olvide que las encuestas y los sondeos demoscópicos y de opinión son intenciones, es futuro, son indicios, no son pruebas concluyentes.

Mientras se espera a que llegue el día D, el que dirá si las encuestas aciertan o fallan, hoy hay un presente que encarar, porque el paro galopa y los problemas por la crisis económica, lejos de solucionarse, se complican. Debería estar prohibido vegetar.

Y una sugerencia: las encuestas, encuestas son; pero, hay mucho remolón al que le tenemos que exigir que ofrezca soluciones y aliento a los que no lo tienen, que no son pocos. Toca sudar la camiseta. El que gane o pierda las elecciones ya se verá en marzo de 2012. Ahora, estrategias partidistas, las justas; es decir, ninguna.  ¿Estamos o no estamos? ¿Estamos en el ayer o estamos en el mañana? En el presente, parece que desde luego no.