Autovía del olivar, ¿o de la tortuga?

La Consejería de Fomento y Vivienda ha reactivado este mes de mayo las obras en dos tramos de la denominada Autovía del Olivar, entre Jaén y Úbeda. O al menos eso se ha comunicado desde la Junta, porque máquinas, lo que se dice máquinas, todavía no se ven por la zona. Estas obras llevaban más de dos años paralizadas por los recortes presupuestarios de la Junta, pero las presiones políticas y sociales ha movido a Fomento a retomar el proyecto que, junto con la Autovía del Almanzora, en Almería, son las dos principales actuaciones en materia de infraestructuras viarias que tiene en marcha la Junta en la comunidad andaluza.

Falta ahora saber si la reanudación de las obras tendrá continuidad, porque de lo contrario la autovía del Olivar bien podría llamarse autovía de la tortuga por el ritmo que lleva. Fomento se limita a indicar que los trabajos estarán a pleno rendimiento en el mes de julio, aunque no pone fechas a su finalización.

Son dos tramos de 12,5 kilómetros, en los que se ha fijado una inversión de 42 millones. El primero de los tramos reactivados se sitúa entre los enlaces norte y sur de Puente del Obispo y tiene un recorrido de 5,7 kilómetros y dos viaductos: uno, de 210 metros de longitud para atravesar el cauce del río Guadalquivir, y un segundo, de 195 metros, para cruzar el cauce del río Torres y su afluente. En esta zona, denominada el Cerro de los Vientos, la Consejería ha encontrado restos arqueológicos de elevado valor histórico que se han excavado, estudiado e inventariado gracias a las obras de la autovía. El segundo tramo reanudado se localiza entre el enlace sur de Puente del Obispo y la intersección con la carretera A-6000, donde se encuentra el viaducto sobre el Arroyo Vil, y consta de 6,7 kilómetros de longitud. Esta actuación va a permitir crear un pasillo verde bajo la autovía.

Para resolver el acceso a las fincas colindantes e independizar los tráficos agrícolas de los de largo recorrido está prevista la construcción de caminos de servicio. De igual forma, el paso para los vecinos de ambas márgenes de la autovía quedará garantizado mediante pasos inferiores y superiores. En este ámbito, la autovía aprovecha el trazado de la carretera A-316 actual, duplicando la calzada. De esta forma, la Consejería va a construir una nueva vía con dos carriles de 3,5 metros para cada sentido, arcenes exteriores de 2,5 metros, interiores de un metro, y una mediana variable que puede alcanzar los seis metros de anchura.

En total, la finalización de los trabajos en los cinco tramos pendientes supondrá una inversión total en dos años de 70 millones y permitirá poner en servicio un recorrido completo en la provincia de Jaén de 76 kilómetros entre Úbeda, Baeza, Jaén, Mancha Real y Martos. Existe otro tramo en servicio de 10 kilómetros, pero en la provincia de Córdoba (Lucena-Cabra).

Estaremos atentos al ritmo de ejecución de estas obras porque, al igual que ocurre con otras carreteras de otras Administraciones, no parece de recibo que los sufridos conductores tengan que aguantar tantos años para ver finalizados los trabajos.

También la Junta se juega mucho en estas obras, pues el departamento de dirige Elena Cortés ha logrado los Fondos Feder de Bruselas al incluir esta autovía dentro de la red de alta capacidad viaria. De este modo, la Consejería se ha garantizado hasta finales de 2015 (fecha límite para acreditar la ejecución de las obras favorecidas por esta cofinanciación) un total de 144 millones para la Autovía del Olivar. Hay que tener en cuenta que estos recursos de Bruselas permiten hacer frente al 80% de la inversión (el otro 20% lo aporta la Consejería de Fomento y Vivienda) y contribuirán, de un lado, a recuperar los recursos que en su día la Junta de Andalucía anticipó para la finalización y puesta en servicios de tramos de autovías acogidos a este marco operativo (pero que aún no habían recibido la parte cofinanciada) y, por otro lado, para reanudar un conjunto de obras que, como consecuencia de las diferentes reprogramaciones aplicadas por el Gobierno andaluz tuvieron que ser objeto de suspensión temporal, principalmente a finales de 2011 y febrero de 2012.