29 años de Expoliva

Cuando mañana 11 de mayo abra sus puertas en el recinto de Ifeja la Expoliva 2011 habrán pasado 29 años desde que en 1983 lo hiciera por primera vez una pequeña muestra del sector aceitero y olivarero que se inventó Hermenegildo Terrados del Cerro, presidente de la Cámara de Comercio de Jaén entre 1981 y 1990. El invento, que suscitó no pocos recelos de otra feria aceitera andaluza que ya llevaba varios años celebrándose (la de Montoro) aguantó los envites gracias a la apuesta de la Cámara y de las administraciones públicas (sobre todo, Diputación y Junta).

La muestra crecía y, aunque sin sede fija ni un recinto adecuado para la envergadura que iba tomando, pues estuvo deambulando por el Felipe Arche, el recinto de Vaciacostales, entre otros lugares de la capital, conseguía consolidarse como la primera muestra aceitera a nivel mundial, tal y como reflejan los datos de sus últimas ediciones. Una consolidación a la que para nada es ajena la puesta en marcha hace poco más de una década del actual recinto de Ifeja.

Además de los cambios de sede, desde 1983 hasta 2011 han sido muchas las cuestiones que han cambiando en el desarrollo de la muestra aceitera. Quedan ya lejos los años en los que la Cámara de Comercio, junto a la Diputación y la Fundación del Olivar, tenían que reinventarse equipos humanos con apenas unos meses de antelación para organizar la muestra. Por la gerencia de esta muestra han pasado desde catalanes como Pau Roca a malagueños como José Baena. Hoy, el equipo estable de Ferias Jaén ha resuelto ese hándicap con el que la feria contaba edición tras edición y, ahora, cuando el sábado 14 cierre sus puertas la XV edición se abrirá la preparación de la edición de 2013.

Pese a que muchas veces los árboles nos impiden ver el bosque, los que hemos tenido oportunidad (por la edad, lo digo) de haber vivido ya casi todas las ediciones de Expoliva, tenemos que reconocer que Jaén, el sector aceitero, el olivar, la provincia misma, no pueden entenderse ya sin la Expoliva. Como no podría se de otra forma, si una feria de esta entidad tiene sentido en un lugar del planeta, ese lugar es la provincia de Jaén.

Sin embargo, no se debe caer en la antigua trampa en la que secularmente viene dormido el sector aceitero y olivarero jienense: el buen paño, en el arca NO se vende. Expoliva debe reinventarse cada dos años y no quedarse en la visita de los 40.000 cooperativistas y vecinos de los pueblos de esta provincia. La muestra debe dar el salto definitivo de la profesionalización y la internacionalización (a mi juicio aún está lejos) y hacer que todo aquel que quiera saber de aceite, de novedades de maquinaria del olivar, de innovación, de envasado y producción, de investigación… tenga que pasar por Expoliva para saber y aprender.

En caso contrario, si hemos sido capaces de plantarla, criarla y producir con calidad una feria mundial y después de 29 años dejamos que otros nos la envasen, más pronto que tarde, cualquier país en vías de desarrollo aceitero, o cualquier otro con espolones en esto del oro líquido, podría montarnos mañana otra Expoliva.